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Phokojwe (el Zorro) una vez amenazó a Leeba (la Paloma) con comerse a sus hijos si no se los entregaba. “Arrójalos o salto”, le dijo, y Leeba decidió lanzar a un niño para salvar a su familia. Esta decisión le dolió porque Phokojwe se comió al niño a la vista de todos. Por este acto, Leeba se sintió culpable e inconsolable. Su desesperación llamó la atención de Moholodi (la Grulla Azul), quien le reveló que, en realidad, Phokojwe no puede saltar. El peligro era una treta.

El 14 de julio de 2021, Thuthuka Zondi, de la BBC, captó la imagen de un niño de dos años arrojado desde un edificio en llamas por una madre en Durban (Kwazulu Natal, Sudáfrica). Al igual que Leeba, se enfrentó a una difícil elección y cuando arrojó a su hijo, en lugar de alimentar a los traicioneros Phokojwe, el niño cayó en la seguridad de manos y espíritu humanos. En Sudáfrica, los extraordinarios acontecimientos dentro de los que fue captada esta imagen, exigen una pausa. Un momento para respirar. 

En muchas partes del mundo, incluso en Cuba, y en Swatini y Sudáfrica, los ciudadanos han tenido que tomar decisiones de vida o muerte que demuestran tanto valor como desesperación ante la violencia, instigada por los disturbios políticos. Estos se producen en el contexto de las nuevas variantes del Covid 19, que provocan un dolor y un trauma sin precedentes causados por la enfermedad o la pérdida de vidas iniciada por la pandemia y agravada ahora por la muerte debida a los disturbios políticos.

Hace una década, las Naciones Unidas observaron la exclusión sistemática de las voces de los niños en los asuntos que les conciernen, como una violación de sus derechos contenidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN). En 2011, la Sesión Especial de la ONU sobre la Infancia (UNGASSoC), buscó una dirección sin precedentes para imaginar un mundo adecuado para los niños CON ellos y no PARA ellos. En consecuencia, las voces de los niños alimentaron la declaración que fue ratificada por todos los países, excepto Estados Unidos, en ese momento. Desde entonces, se han cumplido muchas promesas y se han roto muchas. Muchos hashtags han ido y venido, y el impacto de la UNGASSoC puede verse a través de los niños de entonces que ahora son padres o tutores. Hemos visto el aumento del activismo de los jóvenes, como el de Malala Yousafzai, la joven de 15 años ganadora del Premio Nobel de la Paz, que sobrevivió a los disparos recibidos debido a su activismo contra las restricciones a la educación de las niñas impuestas por el TTP de Tehrik-e-Taliban Pakistan. Desde entonces, ha sido redactora del Mensaje del Día Mundial de ASSITEJ. Desgraciadamente, hasta la fecha no se ha hecho lo suficiente para garantizar que quienes toman decisiones en nombre de los niños lo hagan adoptando los principios de la CNUDN, tales como el “interés superior del niño”, y no por miedo, como Leeba, o por mentalidad despectiva, como Phokojwe.

Como artistas necesitamos proporcionar imágenes que contrarresten las imágenes de violencia que vemos en nuestras calles o en los medios de comunicación. Escuchemos las voces de los niños.

Desde Sudáfrica, Ntalo-khanyisa Lerato Motsieloa Silindane (5) comparte que “las manos son para abrazar, no para empujar, no para golpear, no para dar puñetazos o empujones o bofetadas”.

Desde los Estados Unidos de América, la poetisa Amanda Gorman, de 22 años, nos recuerda que “siempre hay luz. Si tan sólo fuéramos lo suficientemente valientes para verla. Si tan solo fuéramos lo suficientemente valientes para serlo”.

En vísperas de la UNGASSoC, Save the Children creó un Gran Libro a través del cual los niños podían expresar de forma creativa una ruta hacia un Mundo Apropiado para los Niños.

En Sudáfrica, julio es el mes dedicado a honrar la vida del ex presidente Nelson Mandela, que nació el 18 de julio. En este día en particular, el mundo dedica 67 minutos a actos de amabilidad. Aprovechemos esta oportunidad para movilizar imágenes y relatos que nos recuerden que nunca podemos ser presa de Phokojwe, porque ahora lo sabemos mejor. Tal vez, a través de la luz, podamos evitar la desaparición de Leeba y ser los últimos que ríen.

#ChildrenFirst/Los niños primero

#ChildProtection/Protección a la infancia

#ChildParticipation/Participación de los niños