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El Movimiento Never More (Nunca Más) y las grandes marchas que inspiró el 24 de marzo en EE. UU. confirmaron, de manera impresionante, el potencial de compromiso de los jóvenes que normalmente olvidamos.

800 ejemplos se sucedieron. Instalados en pocos días, y liderados por jóvenes, incluidos los sobrevivientes del tiroteo, estas marchas han tenido mucho que decir acerca de la capacidad de estos para comprender el mundo y para formular una interpretación política contra una opinión mayoritaria en un país. Millones de niños, adolescentes, adultos jóvenes y padres han salido a la calle para exigir a sus representantes en el gobierno que tomen medidas no ambiguas contra las armas de fuego. Aquellos a los que, con demasiada frecuencia, vemos como una generación de consumidores inofensivos de redes sociales, por el contrario, se han aprovechado de todo el poder de su experiencia en esta área. Y, en su propio nombre, seguramente han comenzado a tener éxito donde los adultos, hasta ahora, habían fracasado: terminar con la epidemia de violencia armada que, en las escuelas y comunidades estadounidenses, mata a 1300 niños cada año.

Jonathan Chapman, Director Ejecutivo de TYA / USA, el centro estadounidense de ASSITEJ, señaló astutamente que muchos de estos jóvenes líderes en el Movimiento Never Again hacen teatro como parte de sus estudios. Emma Gonzalez, la colegiala de 18 años que, durante la marcha de Washington, sacudió al mundo con sus 6 minutos de silencio, acababa de abandonar su curso de teatro cuando estalló el tiroteo.

Como enfatiza Chapman, el teatro no sólo enseña a los niños a expresarse mejor en público, sino que también "TYA alienta a los jóvenes a encontrar su voz, hacer preguntas y abogar por sus creencias. Ofrece la poderosa oportunidad de representación y reconocimiento de la propia experiencia validada y explorada en el escenario ". André Degaine, historiador de teatro francés y autor que publicó una sorprendente "Historia dibujada del teatro explicada a los jóvenes", agregaría que "desde los griegos hasta nuestros días, el gran teatro siempre ha sido cívico". En la ciudad, siempre, en formas constantemente renovadas a través de siglos y culturas, explora los aspectos menos comprensibles y, a menudo, los más oscuros de la experiencia humana, y plantea este cuestionamiento al público. Como #neveragain, hace 2500 años, Esquilo, en La Orestiada, abordó el asesinato, la venganza, el perdón y la legitimidad del uso de la violencia.

El arte no tiene una varita mágica, podrás decir. Y la violencia contra los más débiles, ante todo, contra los niños, hace estragos en el mundo y nos deja con un inmenso sentimiento de impotencia. Pero ellos están en todas partes -artistas, maestros, padres-; aquellos que se comprometen, casi siempre por creencia personal, y hacen teatro para o con jóvenes. ASSITEJ está aquí para recordarles a aquellos que quieren que las cosas cambien, que apoyarlas es el comienzo de una solución.

Never Again
#AMarch4OurLives
8 Reasons TYA is Vital in 2018